Probablemente hayas escuchado los términos “biometría facial” o “huellas dactilares” y los hayas relacionado con ciencia ficción o medicina forense, pero ¿sabías que estos son mecanismos de validación de identidad? Si no sabes en qué consiste y para qué se utiliza, llegaste al lugar indicado.

Se trata de un proceso que utiliza biometría facial, datos biográficos y/o dactiloscopia, con el fin de asegurar que una persona es quien dice ser. Aunque anteriormente este debía realizarse de forma manual, gracias a la tecnología esto puede hacerse desde dispositivos especializados e incluso con cualquier smartphone con cámara, protegiendo la identidad de los usuarios en distintos ecosistemas digitales.

Los sistemas de validación no brindan una respuesta tajante de sí o no con respecto a la identidad de una persona, sino que de acuerdo con los aspectos que evalúan, otorgan un puntaje (score) de probabilidad de que la persona que está realizando la transacción o el trámite es realmente el titular de esa identidad digital. Cada empresa elige cuál es el porcentaje con el que se siente cómoda para pasar la autenticación, pero es importante tener en cuenta que la mezcla de las diferentes metodologías y un mayor cruce de datos, permite tener una mayor certeza en el proceso de validación de la identidad de una persona.

Estos mecanismos son útiles para evitar la suplantación y el fraude digital, protegiendo tanto los ingresos de las empresas como la información de sus clientes. Por esta razón, estos sistemas son ampliamente utilizados por entidades bancarias en sus canales en línea y cada vez más por algunas empresas de servicios de sectores como el de telecomunicaciones y utilidades para garantizar la identidad de los usuarios.

De acuerdo con un estudio de TransUnion sobre fraude digital, entre 2019 y 2021 hubo un aumento del 52% en las sospechas de fraude digital, con especial impacto en sectores como el turismo, financiero y comercio electrónico. El aumento de este fenómeno ha traído graves consecuencias, no solamente para las empresas sino también para las personas a quienes les han suplantado la identidad.

Cuando tu empresa es víctima de suplantación de identidad o fraude digital, esto puede tener un impacto que puede ir desde lo económico hasta lo legal, pasando por el aspecto reputacional. Si un usuario suplanta a otro en una transacción realizada con tu empresa lo más probable es que los consumos realizados por el criminal sean una pérdida para ti y el usuario suplantado no querrá saber nada más de tu compañía.

Pero no solamente son tus usuarios quienes podrían estar incurriendo en este tipo de conductas. Cada vez es más común la suplantación empresarial, razón por la cual contar con la capacidad para validar la identidad de tus proveedores y clientes empresariales de forma ágil, blindando a tu compañía contra potenciales daños.

No existe una respuesta correcta pues biometría facial, datos biográficos y huellas dactilares, evalúan diferentes aspectos de la identidad. Sin embargo, hacer una combinación entre 2 o más de estas metodologías ha demostrado tener una mayor efectividad en el desarrollo de procesos de validación de identidad más seguros.

Si ofreces productos de alto costo, servicios como líneas telefónicas o internet, tu empresa es una entidad financiera o manejas comercios digitales con sistemas de originación de crédito, es recomendable implementar mecanismos de validación de identidad para proteger las transacciones de tus clientes, proveedores y otras empresas, evitando pérdidas financieras a futuro.

Si quieres dar el primer paso para implementar esta herramienta y garantizar la seguridad de tu empresa, contacta a nuestros asesores.