¿Sabe cuál es la diferencia entre una Firma Manuscrita, una Firma Electrónica y una Firma Digital?
En esta ola de transformación digital, en la que los estados ya empezaron a concentrar sus esfuerzos, normativas y planes estratégicos para propiciar que las empresas y los ciudadanos estén alineados, se ha vuelto un tema recurrente de conversación la firma.
Originalmente, entendíamos este proceso como un sello del ciudadano que lo caracterizaría desde la expedición de su Cédula de Ciudadanía. Aunque, inicialmente se traba de la ilustración del nombre como representación de las personas, hoy por hoy los avances tecnológicos han redefinido este concepto.
Empezamos a hablar entonces de tres firmas diferentes: Firmas Manuscritas, Firmas Electrónicas y Firmas Digitales. En su concepto básico la firma manuscrita es la expresión del nombre de quien la realiza y que se emplea como medio de identificación personal.
Por su parte la Firma Electrónica se refiere a métodos tales como códigos, contraseñas, datos biométricos, o claves criptográficas privadas, que permiten identificar a una persona, en relación con un mensaje de datos.
Finalmente, la Firma Digital se configura como un método más robusto. Se trata de un valor numérico que se adhiere a un mensaje de datos y que, utilizando un procedimiento matemático conocido, vinculado a la clave del iniciador y al texto del mensaje, permite determinar que el valor se ha obtenido exclusivamente con una clave y que el mensaje inicial no ha sido modificado después de efectuada la transformación.
Vemos entonces que esta última no sólo es la más compleja, sino que supone dos temas importantes. Por un lado, brinda mayor seguridad ya que implica procedimientos de autenticidad, integridad y no repudio que nunca serán igualados por una firma manuscrita o por una electrónica. Y, por otro lado, se convierte en un beneficio de interoperabilidad que permite firmar documentos completamente seguros y en ecosistemas digitales.
Es importante que las empresas evidencien estos beneficios e identifiquen las Entidades de Certificación Digital que hoy están en la capacidad de generar este tipo de tecnologías y cuentan con el aval regulatorio para su expedición. Procesos desmaterializados e inmaterializados están suponiendo mayores estándares de seguridad y procesos más ágiles para las compañías, además de ser herramientas indispensables para lograr su completa transformación Digital.